Pensamiento sincrónico:
mientras que filósofos como Nietzsche sostenían que para conocer las cosas había que estudiar su historia, por ejemplo para entender la libertad no Valia únicamente con buscar la palabra en un diccionario, sino que habría que estudiar su historia, como se ha luchado por ella, que partes han sido marginadas y reprimidas lo que es una visión diacrónica, Baudrillard al contrario pensaba que esto no era suficiente y para entender la libertad había que entender su contexto como parte de una red de otros conceptos como servidumbre, esclavitud, despotismo, liberalismo, según el las palabras estaban unidas que un contexto que les daba significado.
Con la revolución del consumo Baudrillard trato de adaptar su visión sincrónica al nuevo mundo ya que pensaba que la sociedad de consumo pretendía atraer a la gente produciendo sistemas de objetos que se relacionaban entre sí, si tenías la lavadora querrías también la plancha con el mismo logotipo, si tenías la batidora querrías el exprimidor de naranjas, lógica que veía presente en la nueva forma de diseñar y estilizar los productos, la mesa de Ikea va con la lampara, el IPhone con el IPad, señalando que hoy en día pocos objeto se ofrecen solos sin un contexto de objetos y que por ello la relación del consumidor con los objeto ha cambiado.
Ya no se hace referencia a los objetos por una utilidad especifica, si no como un conjunto de objetos en su significado total, por ejemplo la lavadora, la plancha el lavavajillas tienen significados diferentes en conjunto que cada uno por separado, siendo impuesta una visión colectiva de los objetos casi inseparable.
Valor de uso, valor de cambio y valor de signo:
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Valor de uso: Según su teoría, Baudrillard asignaba a los objetos el valor de uso, el cual es tangible, esta relacionado con una necesidad humana, como el pan, agua, una vivienda objetos a los que su valor esta intrínsicamente relacionado a una necesidad humana. (funcional)
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Valor de cambio: Mientras Marx argumentaba que el capitalismo priorizaba el valor de cambio de un objeto, su valor en el mercado, asi un diamante podía valer mas que una casa, produciendo asi una fetichización de la mercancía, por ejemplo, el fetichismo por los diamantes no por su valor de uso si no por su valor de cambio. (económico)
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Valor de signo: Sin embargo, Baudrillard pensaba que un análisis adecuado requería una tercera métrica, el valor de signo, el cual superaba al de uso y cambio llegando a ganar vida propia.
El valor de signo deriva de la relación entre objetos, representados por signos, imágenes, sonidos, lenguajes, pixeles, anuncios, por ejemplo, objetos como diamantes que adquieren mas valor por la celebridad que los lleva, el prestigio de la marca, no solo teniendo que ver con su valor de mercado o utilidad, si no que forman parte de un sistema de signos, sonidos e imágenes,
como un perfume vinculado a estrellas de cine, glamour, sexo o el champán y el buen vino que se convierten en fetiches y adquieren valor a través de quien es visto bebiéndolo y donde, o el valor del IPhone que no es medido únicamente por su utilidad o coste de fabricación sino por la relación que comparte con otros signos (el IPad, IMac, Steve Jobs, el estatus) , llegando a fetichizar los objetos por su valor de signo por encima del de uso o cambio. (simbólico)
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El código: Estas formas de valorar los objetos se mezclan entre si pero Baudrillard sostiene que en el mundo postmoderno empieza a dominar el valor de signo, y todo ello se combina en lo que denomina ambiguamente el código; un agregado de valor dominado por los signos que domina el mundo de la economía y la política. Generando un mundo basado en una lógica utilitaria, balances, inversión de capital, cifras de ventas, algoritmos, todo ello siendo la representación codificada de por ejemplo de los IPod, su utilidad para escuchar música, el diseño estético, la presencia escénica de Steve Jobs, todo ello abstraído en un código.
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Simulacro: un simulacro es una copia o representación de algo; un pictograma, una letra, un sonido, un gesto, Baudrillard sostiene que poco a poco los significantes se han ido distanciando de sus significados originales, por ejemplo mientras que la palabra árbol significaba árbol, ahora vivimos en un mundo donde el lenguaje se ha liberado de cualquier determinante y las conversaciones, imágenes, cuadros, ensayos, poemas sobre un árbol son simulacros del árbol pero su significado no depende solo del árbol si no de la visión del mundo de la persona, de la composición del cuadro, el enfoque poético, la relación entre las personas que hablan sobre el, haciendo que el árbol “Significado” se aleje hasta desprenderse del árbol real.
Orden de los simulacros:
Son diferentes tipos de copia en las que cada vez se aleja más de lo real, del tacto, del olor, del valor de uso del árbol en el bosque
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1 imitaciones naturales: simulacros naturalistas, fundados en la imagen, en la imitación y la falsificación, que aspiran al ideal del significado, un artista pintando un árbol
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2 copias productivas: simulacros productivos, fundados en la energía y su posibilidad en un sistema de producción, un arquitecto que mira un árbol y dibuja una casa que se construirá a partir del árbol.
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3 simulacros de simulación: están basados en la información, una corporación de arquitectura que procesa algorítmicamente las ubicaciones de la madera, sus reservas, los números, los detalles de envió para elaborar utilización de la madera de la forma más eficiente y rentable.
Según Baudrillard en el tercer orden de simulacros, el mundo ha pasado a estar controlado por un código que no significa nada real, sostiene que ahora vivimos en un mundo de simulación y nos encontramos en la Matrix
Hiperrealidad:
para Baudrillard a mediados de los 70s se produjo una implosión de los valores de los signos y comenzó la era de la hiperrealidad, la simulación, lo códigos, la era de la información y en esta nueva época ha desaparecido la diferencia entre “la realidad y lo simulado” produciéndose lo real a partir de simulaciones, presentando un escenario en el que lo hiperreal gobierna por encima de lo real.
Ejemplo de ello como la telerrealidad, Disneylandia, redes sociales, el porno, Google maps, juegos de ordenador, césped falso, carne falsa, ropa sintética han creado un escenario postmoderno en el que las simulaciones de la realidad han pasado a dictar lo real a su semejanza.
La teoría de la historia de Baudrillard puede dividirse en tres periodos, una sociedad simbólica premoderna, una sociedad moderna productiva y una sociedad moderna hiperrealista
Solución
Pese a su interpretación cínica y pesimista del mundo, Baudrillard teoriza una salida, a la que denomina “intercambio simbólico”, propone que para escapar de la presión avasalladore y subjetivadora de ser utilitarios, de consumir y producir, debemos buscar una forma una forma de pensar que este fuera de todo esto, señala que las sociedades premodernas giraban entorno a la religión, los mitos, la cultura de la tribu y no a la producción y estas formas de organizar la vida se basaban en cosas como el intercambio de regalos, el ritual, el sacrificio, conceptos que pueden sonar anticuados actualmente pero quizá los que las sustentaba era algo primordial, algo verdaderamente humano y sostiene que dentro de todos nosotros hay un impulso de escapar de la ley del valor que nos ordena a actuar de una determinada manera.
Dice que una sociedad verdaderamente libre opresión seria aquella en la que las personas regalasen cosas cuando quisiesen, cuando viesen algo que creen que le va a gustar a la otra persona y no una en la que se piensa racionalmente que si se le regala algo alguien pueda recibir una recompensa en el futuro, señala a la aristocracia como modelo de esto ya que los ricos simplemente expelen energía, beben cuando quieren, se autodestruyen cuando sienten que lo necesitan, hacen arte un minuto y se dedican a otra cosa después sin pedir nada a cambio, defendiendo que los seres humanos no son criaturas utilitarias, sino excesivas, con deseos creativos e impulsos y pulsiones irreconciliables.