Es imposible describir o explicar que es la cábala sin hablar primero del misticismo de la marcaba, el misticismo de la merca va fue una suerte de pre cábala, fue la corriente que más influyó en esa reinterpretación mística de textos sagrados que es la cábala, esta corriente se basaba en la creencia de la posibilidad de hacer un viaje sublime hacia el mismo dios en un carro celestial que era precisamente la marcaba y en la capacidad para bajar y manipular poderes divinos a la tierra.

Es imposible describir o explicar que es la cábala sin hablar primero del misticismo de la marcaba, el misticismo de la merca va fue una suerte de pre cábala, fue la corriente que más influyó en esa reinterpretación mística de textos sagrados que es la cábala, esta corriente se basaba en la creencia de la posibilidad de hacer un viaje sublime hacia el mismo dios en un carro celestial que era precisamente la marcaba y en la capacidad para bajar y manipular poderes divinos a la tierra.

Es imposible describir o explicar que es la cábala sin hablar primero del misticismo de la marcaba, el misticismo de la merca va fue una suerte de pre cábala, fue la corriente que más influyó en esa reinterpretación mística de textos sagrados que es la cábala, esta corriente se basaba en la creencia de la posibilidad de hacer un viaje sublime hacia el mismo dios en un carro celestial que era precisamente la marcaba y en la capacidad para bajar y manipular poderes divinos a la tierra.

Un claro ejemplo es el concepto más inmediato de ambas doctrinas, que es la posesión de un conocimiento que no se adquiere por medios intelectuales sino a través de la revelación o la iluminación mística, la gnosis, otra gran coincidencia es la posesión de una doctrina secreta o esotérica relativa al conocimiento de supuestos mundos celestiales y a los medios litúrgicos y sobre todo de teúrgicos que permiten acceder a los mismos, en la mayoría de las prácticas gnosticas la doctrina central consistía en métodos para el ascenso del alma desde la tierra a través de las esferas de los planetas, mundos, castillos celestiales, etcétera y sus respectivos guardianes, ángeles, arcángeles, arcontes, demonios, etcétera, en la marcaba el papel de los guardianes planetarios está calcado, donde los arcontes amenazan al místico en las puertas de cada uno de los siete palacios celestiales y tal cual la creencia gnóstica se creía que sólo se les puede superar o mostrándoles un sello mágico o por medio de determinadas oraciones, conjuros o frases, en definitiva palabras, palabras y letras las cuales son muy importantes en estas creencias.

También se puede identificar una relación con los escritos apocalípticos tardíos, que marcan una transición tanto hacia el gnosticismo monoteísta judío, como al gnosticismo herético con tendencia al dualismo.

En el “Shiur Qomah”, que es un texto midrásico que pretende registrar los nombres secretos y las mediciones precisas de las extremidades y partes corpóreas de dios, esta figura mística se sitúa sobre un trono como el creador del mundo y desde su manto cósmico, que se menciona en varias oportunidades, ilumina las estrellas y el firmamento, esta representación del demiurgo procede de una concepción totalmente monoteísta y carece por completo del carácter herético y antinómico que adopta cuando el dios creador se opone al verdadero dios en el gnosticismo herético dualista, en definitiva, el trono de dios es en la terminología judía la morada del alma y donde culmina el ascenso del místico extático a bordo del carro celestial.

Todo el mundo de la merkabá está muy relacionado con el mundo del pleroma o la unidad primordial de los textos gnósticos griegos y por lo tanto presente también en el neoplatonismo, sin embargo, en lugar del concepto gnóstico de los eones, que serían algo así como seres eternos que llenan el espacio entre la divinidad y la materia formando el plano espiritual, en la merkabá se nos presenta en su lugar a entidades del mundo o plano del trono, tal y cual como el libro de Ezequiel las introdujo a la tradición, Ezequiel es importantísimo en el misticismo de la merkabá, ya que esta corriente se centraba y si se quiere, tiene origen en las visiones de Ezequiel, a quien le es revelado el “tetraamorfo” tirando del carro celestial o sea de la merkabá

El profeta Ezequiel fue uno de los hebreos notables deportados a babilonia por orden del rey Nabucodonosor II luego de la invasión y conquista de Israel por los caldeos, alrededor del 598 a.c. un episodio histórico conocido como el exilio, ahora bien no todos los israelitas fueron llevados en esta deportación, sólo los eruditos, los nobles y los sabios religiosos incluyeron la partida, entre estos exiliados se encontraba Ezequiel, que pertenecía a una familia de tradición sacerdotal, es decir, eran “cohens” a partir del contacto de algunos de estos exiliados con los sabios de babilonia, los magos caldeos, tendrían lugar una serie de elementos místicos y astrológicos que nunca se habían visto con anterioridad en la cultura hebrea, se sabe de algunos por ejemplo de Daniel que llegaron a tener contacto muy estrecho con los magos, es precisamente en este corto periodo de tiempo entre el mil 595 y el 570 a.c. que Ezequiel se transforma en profeta y cuya primera visión sería la de la merkabá y el tetramorfo.

Según Gershom Scholem, un historiador reputado como el mayor experto en el tema, el desarrollo fructífero de todas estas ideas aconteció o en tierras palestinas o en babilonia, esto debido a el análisis de los textos de las “Hejalot” en una época posterior fueron encontrados tanto en palestina como en babilonia textos de esta antigua corriente y en algunos de los cuales se puede apreciar de manera palpable su forma de evolución o mejor dicho de perfeccionamiento, porque no se encuentra ninguna idea nueva se van puliendo las viejas, la columna vertebral sigue siendo la realización práctica de estos viajes celestiales del alma y la visión de la markabá, que inclusive se mantendría también en el período post talmúdico y también relatos dispersos relativos a prácticas de este tipo y que de ningún modo han de ser considerados como mitos aislados, ya que han llegado indicios hasta nuestros días de Francia y Alemania en épocas tan tardías como los siglos X y XI de nuestra era, estos textos antiguos ampliados con todo tipo de añadidos posteriores, fueron conocidos durante la edad media con nombres como el Hejalot mayores, hejalot menores, Shiur Qomah, libro de la merkabá y otros títulos, así como en versiones diferentes de acuerdo con la forma que recibieron en el período talmúdico tardío y en los comienzos de la época post talmúdica.

La cuestión es que se los consideraba de gran autoridad y de ningún modo eran sospechados de herejía, más allá de no coincidir con muchos aspectos del judaísmo tradicional, en depósitos de textos llamado “Genizas” en sinagogas de el Cairo, Italia, España, Francia y Alemania, se han encontrado diversos fragmentos de manuscritos de estos textos y también de la literatura teurgica correspondiente, en el siglo XII textos de este tipo eran frecuentes entre los círculos de estudiosos, donde los consideraban documentos de las antiguas tradiciones esotéricas, era por lo tanto de esperar que los primeros cabalistas intentaran establecer una relación con las tradiciones que gozaban de tan alta estima.

La cuestión es que se los consideraba de gran autoridad y de ningún modo eran sospechados de herejía, más allá de no coincidir con muchos aspectos del judaísmo tradicional, en depósitos de textos llamado “Genizas” en sinagogas de el Cairo, Italia, España, Francia y Alemania, se han encontrado diversos fragmentos de manuscritos de estos textos y también de la literatura teurgica correspondiente, en el siglo XII textos de este tipo eran frecuentes entre los círculos de estudiosos, donde los consideraban documentos de las antiguas tradiciones esotéricas, era por lo tanto de esperar que los primeros cabalistas intentaran establecer una relación con las tradiciones que gozaban de tan alta estima.

También se cree que la redacción algo caótica del texto se debe a que está encriptado para ser leído por medio de la gematria, los estrechos vínculos que mantiene el libro con las especulaciones relativas a la sabiduría divina o Sophia, pueden encontrarse desde el primer párrafo, donde se lee “a través de 32 vías misteriosas de sabiduría, el señor de los ejércitos ha trazado su universo de tres maneras, con la escritura, con la cifra y con el relato, diez cifras sin más y 22 letras fundamentales, tres principales, siete dobles y doce simples, el sefer yetsira sintetiza en este breve párrafo el pensamiento místico judío acerca de la creación, las 32 vías serían las 10 sephiroth o emanaciones divinas y las 22 letras del alfabeto hebreo, elementos que plasmándose combinándose y permutando se forman y dan lugar a todo lo creado, este es el punto de partida para toda especulación mística y también aquí se encuentra cómo se separa la cábala del simple misticismo del mercaba, la cábala obra como una expansión del misticismo de la merkabá ya que éste jamás se preocupó mucho de la creación, sólo del concepto del carro, cosa que sí hará la cábala.

Es decir, la creencia es que el hombre y su mundo no son más que efectos del lenguaje y más concretamente de la escritura, concepto tratado en la novela de Paul Auster, “la ciudad de cristal”, si todo lo creado no es más que el efecto de una construcción lingüística, el objeto de estudio y análisis no podrá ser otro que el mismo lenguaje, por lo que dios, el universo y el hombre son lenguajes y resumiendo de una manera bastante bárbara pero para facilitar la comprensiónm las diez sephiroth son los atributos divinos que despliegan el proceso de creación y las 22 letras son el ropaje con el que este proceso viene recubierto y es por eso que en la cábala se utilizan técnicas de decodificación textual como la gematría.

Si bien todas estas creen tienen un potente trasfondo filosófico, la práctica es altamente teurgica o sea magia, se puede ver como la mística a diferencia de la tradición rabínica, se lanza mucho más allá de las fronteras de la ortodoxia, llevando hasta sus últimas consecuencias la idea central de que el lenguaje es la misteriosa estructura de la creación y del ordenamiento del cosmos.