El Árbol de la Muerte y las Qlifot: El Lado Oscuro de la Cábala


El árbol de la muerte es la versión inversa del árbol de la vida cabalístico, un diagrama que presenta a las Qlifot como las contrapartes malignas de los Sephiroths, como fuerzas adversarias de las 10 emanaciones divinas.

Este concepto, aunque nace en la cábala medieval, se amplía en la cábala luriana y termina desarrollándose en la cábala desarrollándose como un subproducto de la cábala ocultista del siglo XX más que de la tradicional.

ORIGEN DE LA CÁBALA


La cábala es tanto un sistema místico como un sistema filosófico espiritual que explora los misterios y la naturaleza del universo, la divinidad y el alma humana, sus orígenes se remontan a los primeros intentos de interpretar la Torá desde un punto de vista místico, sin embargo, la cábala se consolida como tal entre los siglos XII Y XIII en España y el sur de Francia, donde las comunidades sefardíes se convirtieron en las principales desarrolladoras y transmisoras de esta tradición mística.

CÁBALA LURIANA


En el siglo XVI el rabino Isaac Luria produjo una nueva vision conocida como la cábala que modernizo y añadió profundidad al sistema, destacando entre muchas cosas dos ideas principales, la ruptura de los recipientes (Shevirat Hakelim ) y la necesidad de reparación espiritual del mundo (Tikun Olam), conceptos que ya aparecían en el Talmud, pero el reinterpreto dándoles protagonismo.

También reinterpreto algunos aspectos de la estructura del árbol de la vida que aparecían en el Sefer yetsira y el Zohar, armonizándolos con los nuevos conceptos que había implementado, enriqueciéndolo con nuevas interpretaciones místicas y dinámicas.

La reinterpretación incluyo las Qlifot también se relacionaba con la idea de la ruptura de los recipientes y la restauración espiritual.

En la cosmología cabalística, especialmente en la tradición luriana, los recipientes de luz divina o “kelim” son contenedores metafísicos que formaron parte del proceso de creación del universo, su objetivo era recibir y contener la sustancia divina, la cual puede imaginarse como una luz infinita que emana de dios.

Debido a un desequilibrio inherente al proceso de creación, los recipientes se rompieron, lo cual estaba relacionada con los sefirot inferiores y superiores, al romperse los recipientes parte de esa luz que contenían, quedó atrapada en las Qlifot, dando lugar a las fuerzas negativas que forman el caos y el mal, siendo las Qlifot las cascaras o envolturas de los fragmentos de luz caída.

La ruptura no fue un accidente, sino una etapa del plan divino necesaria para el perfeccionamiento de la creación, ya que esta imperfección abre la posibilidad del tikun olam, la reparación espiritual del mundo, proceso mediante el cual lo seres humanos y el cosmos participan en la tarea de recolectar esas chispas de luz atrapadas en las Qlifot para restaurar el equilibrio y la unidad.

Las Qlifot están relacionadas con la oscuridad del universo, pero también con desempeñan un papel clave en la redención y la integración de toda la luz caída.

Desde una perspectiva simbólica cabalística las Qlifot representan lo que ocurre cuando las fuerzas de la creación pierden su armonía, su conexión con lo divino.

En este estado de separación las Qlifot se imaginan con una naturaleza parasitaria, pues son residuos espirituales que no poseen energía propia, sino que dependen de la corrupción de la luz atrapada en ellas para sustentarse.

COSMOLOGIA LURIANA


En la cosmología luriana el mal no es una fuerza separada o independiente, sino el resultado de un desequilibrio en el flujo de la energía divina.

Este mito no solo explica la naturaleza de las Qlifot como fuerzas caóticas y desequilibradas sino también la aparición del mal en el universo.

Si las sefirot del árbol de la vida son los canales equilibrados de la divinidad, las qlifot son su reflejo distorsionado, donde esas mismas energías son inestables y destructivas.

Si un sefirot representa un atributo como la misericordia, la sabiduría o el equilibrio, el qlifot equivalente representa su extremo negativo como la envidia, mentira o el odio.

Esto no es una maldición si no una etapa inevitable del proceso de creación que debe ser superada, al confrontar a las qlifot el practicante tiene la oportunidad de participar en el proceso de reparación espiritual, restaurando la luz atrapada en los qlifot y devolviéndola a su estado original, debido a ello, las Qlifot serian asociadas con demonios o fuerzas infernales.

Mientras las sefirot se organizan en el árbol de la vida, las qlifot se organizan en el árbol de la muerte, mientras las sefirot son manifestaciones divinas en equilibrio las otras representan lo mismo pero llevado extremo, un estado de desequilibrio, la primera sefirot, “keter”, que simboliza la unidad y la conexión con la divinidad se refleja en el árbol de la muerte el qlifot “taumiel” fuerza que representa la divinidad y el conflicto, por lo que el árbol de la muerte no es una entidad separa en sí, sino un reflejo oscuro, inverso, del árbol de la vida.

Estos árboles no se imaginan únicamente en un plano externo sino también en la psique humana, especialmente en los aspectos reprimidos y ocultos, trabajar con el árbol de la muerte implica explorar y confortar las sombras para integrarlas o trascenderlas, es decir, trabajar el miedo, la envidia, el odio.., en este sentido el árbol de la muerte es un mapa de la oscuridad que a través de su compresión se puede llevar a la luz aquello que vive oculto y reprimido en el fondo de la caverna.

CONFIGURACIONES DEL ARBOL DE LA MUERTE


Existen varias configuraciones del árbol de la muerte, generalmente la única variación relevante suele ser que qlifot se le asigna a Lilith, o mejor dicho como se interpreta a Lilith, esto suele variar entre las representaciones tradicionales y las interpretaciones ocultistas personales.

Cuando se la conecta con la sexualidad, lo inconsciente y la energía lunar se la posiciona en Gamaliel, y cuando es vista como una representación del caos primordial se la coloca en Taumiel, aunque también suele ser colocada en Nahemot el cual tiene un carácter arquetípico similar, es decir, una figura femenina oscura.

DESCRIPCIONES HABITUALES DE LOS QLIFOT


Thaumiel y Kether

Thaumiel como reflejo de Kether, la corona, representa la división y el conflicto entre fuerzas opuestas, si keter es la unidad, el no yo anterior al yo, Thaumiel es todo lo contrario, es la fragmentación y la lucha entre lo superior y lo inferior, entre lo divino y lo infernal.

En demonología se asocia a Satanás y a Moloc, energías oscuras que representan la tiranía y la disonancia.

Ghogiel y Jojma

Ghogiel como el reflejo oscuro de Jojmá, la sabiduría, es precisamente la corrupción de la sabiduría. donde el conocimiento se convierte en arrogancia Intelectual, es decir, representa el antagonismo hacia el potencial creativo y el movimiento eterno en Jojmá.

En demonología se asocia con Belcebú, el señor de las moscas, que encarna la descomposición y la soberbia.

Satoriel y Binah

Satoriel como reflejo de Binah ,el entendimiento, representar el ocultamiento, donde la comprensión se oscurece y se convierte en confusión, es la densidad impenetrable de la forma sin propósito, el objetivo de Satoriel es ocultar la naturaleza del ser detrás de una ilusión, de una creación artificial, detrás de la máscara.

En demonología se asocia a Lucífugo, el arquetipo de la luz que se niega a brillar.

Gha Asgheblah y Chesed

Gha Asgheblah como contrario de Chesed, la gracia de la creación ilimitada, es la distorsión de esa misericordia, convirtiéndola en tiranía, en abuso de poder y explotación bajo el pretexto de la bondad.

En demonología se asocia con Astarot, el símbolo de la manipulación y la dominación disfrazada de generosidad.

Golohab y Gevurah

Golohab como reflejo de Gevurah, la fuerza, la severidad, encarna la ira y la violencia desenfrenada, donde la severidad a través del prisma de un juicio sesgado se convierte en Furia y odio.

En demonología se imagina bajo la forma de Asmodeo, el demonio de la furia y el deseo destructivo.

Tagimron y Tipheret

Tagimron como reflejo de Tipheret, la belleza representa el falso orgullo y el narcisismo, distorsionando la belleza y el equilibrio en arrogancia y autoengaño.

En demonología se lo imagina como Belfegor, el poderoso demonio del egoísmo y la pereza espiritual.

Gharab y Netzach

Gharab el inverso de Netzach, la victoria, es la perdición, es la perversión del deseo, donde la pasión y el placer se convierten en lujuria, obsesión y superficialidad, cuando el principio creativo produce vida descuidadamente genera que también se produzca destrucción descuidadamente.

En demonología se asocia con Baal, una figura representativa de la destrucción de lo generado por el principio creativo.

Samael y Hod

Samael como reflejo de Hod, la gloria, el resplandor, simboliza la distorsión del intelecto, donde la lógica se convierte en engaño, mentira y manipulación intelectual, en el reino de la mente la sombra de Hod está representada por la mentira, la astucia o El engaño.

En demonología se relaciona con el mismo Samael y con Adramelec un arquetipo de la traición y el caos lógico.

Gomaliel

Gamaliel o a veces Lilith según la interpretación, como reflejo de Yesod, el fundamento, simboliza los sueños oscuros, las ilusiones y las fantasías destructivas que precisamente nublan el fundamento espiritual, por eso se asocia con Lilith, la reina de los demonios y símbolo de la seducción del caos, que puede imaginarse como ese deseo que nunca encuentra satisfacción y por lo tanto consume vitalidad y creatividad sin ofrecer nada a cambio.

Nahemot y Malekuth

Nahemot a veces también Lilith según la interpretación, es el reflejo de Malekuth, el reino, representando el aspecto material del reino, la falta de espiritualidad el vacío y el materialismo extremo, es decir la desconexión total de lo divino. En demonología se asocia con Namá, una figura demoníaca que simboliza el placer vacío y la ansiedad materialista.

QLIFOTS


Las Qlifot esotéricamente no son vistas como demonios en el sentido religioso tradicional o hollywoodense, qunque pueden representarse de esa forma como una metáfora de su naturaleza oscura o de su peligrosidad, pero eso es más que nada una elección estética o artística, mientras que esotéricamente representan fuerzas psicológicas arquetipos y energías espirituales a las que se organiza y da nombre para que puedan ser trabajadas y comprendidas, pero que también pueden consumir al practicante si no está preparado para enfrentarlas.

SEFIROT OCULTO / PSEUDO SEFIROT


En el árbol de la vida también hay una sefirot oculta o pseudo sefirot, un punto de transición llamado “Da´ath” que literalmente significa conocimiento, pero que se refiere a un tipo de conocimiento muy profundo, algo similar a la gnosis, por eso no siempre aparece visualmente representado, lo que simboliza su naturaleza oculta o esotérica.

Puede ser interpretado como un portal entre los sefirot superiores e inferiores, es el punto donde el conocimiento teórico se convierte en experiencia directa, un puente entre lo humano y lo divino.

Por eso en ciertas interpretaciones ocultistas no tradicionales se ve como un portal entre el árbol de la vida y el árbol de la muerte, por lo que también tiene su reflejo oscuro, en este caso la pseudo qlifot de Daath es Belial, el lugar donde el conocimiento y el ego colapsan en el vacío, en lugar del conocimiento profundo de Daath, Belial encarna la fragmentación y el olvido.

Desde una perspectiva esotérica cruzar Daath para surgir en Belial significa enfrentarse a las sombras más profundas del ser, entendiendo esto como una oportunidad para trascenderlos.

Los ocultistas ven a Daath como un puente peligroso porque al cruzarlo sin preparación se puede caer en las Qlifot, pero hacerlo de forma exitosa equivale a la integración entre luz y sombra y en ese sentido representa tanto una amenaza como una posibilidad de transformación.

ARBOL DE LA MUERTE EN EL OCULTISMO


Por todo esto, el árbol de la muerte en el contexto ocultista es visto como una herramienta simbólica para comprender los aspectos oscuros y desequilibrados de la realidad y de la psique, no se percibe como algo exclusivamente malvado, sino más bien como un camino de desafíos que lleva al autoconocimiento y a la integración de los elementos ocultos o reprimidos.

Con el tiempo este concepto fue evolucionando desde sus raíces en el misticismo judío para ser reinterpretado en diversas tradiciones mágicas y esotéricas modernas, una de estas fue la Golden Down, una de las organizaciones más influyentes en el desarrollo del ocultismo occidental moderno y que incorporaba aspectos de la cábala en su sistema mágico.

Aunque el enfoque principal de esta orden estaba en el árbol de la vida, varios de sus miembros como a Crowley, por ejemplo, exploraron el árbol de la muerte como un contrapunto necesario para el autoconocimiento, a través de rituales específicos los practicantes confrontan las energías asociadas a las qlifot para integrarlas o trascenderlos, esto suele implicar meditaciones evocaciones y trabajos con símbolos cabalísticos que permiten navegar por el árbol de la muerte.

En el enfoque de la Golden Down se considera a cada qlifot como un desafío que debe enfrentarse cuidadosamente y con la preparación espiritual adecuada, algo similar ocurre en algunas corrientes luciferinas modernas donde las qlifot también son vistas como fuerzas liberadoras y no como manifestaciones del mal, se interpretan de forma simbólica como aspectos necesarios para el proceso de empoderamiento personal, al descender por el árbol de la muerte el practicante confronta a su sombra, a los impulsos reprimidos y a los miedos, lo cual le permite transformar esa energía e integrarla a su psique de forma consciente.

Estas tradiciones enfatizan la ruptura con el tabú de su respectiva comunidad, es decir, analizan su naturaleza por encima de la visión convencional de su entorno y ven en el árbol de la muerte un símbolo de empoderamiento y autodescubrimiento a través de la confrontación con lo prohibido colectivo, guiándose solamente por su propio código ético.

RELACIÓN CON LA DEMONOLOGÍA


Por su relación con la demonología y las posibilidades creativas que propone, el uso del árbol de la muerte también fue adoptado en algunas corrientes satanistas, especialmente en el satanismo teísta, el cual al contrario que el filosófico, el ateo o el simbólico es una corriente que, si imagina a Satanás como una entidad real y consciente, una deidad viva, en este contexto los qlifot no se interpretan como elementos a trascender, sino que el árbol de la muerte se ve como una guía demonológica y los qlifot como portales hacía demonio reales cuya energía oscura ofrece conocimiento y poder.

Esta sería una de las formas más extremas de lo que se conoce como el camino de mano izquierda, doctrinas esotéricas que se centran en la deificación personal y la confrontación con lo prohibido, en contraste con el camino de la mano derecha que busca alinearse con un orden cósmico o divinidad externa, el camino de mano izquierda prioriza la ruptura con las estructuras tradicionales y la exploración del yo como fuente de poder y divinidad, donde el practicante no busca someterse a una autoridad divina externa, sino elevarse y convertirse en una figura divina por derecho propio.

Como el árbol de la muerte y los qlifot están imaginativamente asociados con fuerzas funestas como los demonios y la oscuridad, trabajar con ellos implica un rechazo de las estructuras religiosas tradicionales que suelen considerar a cualquier interacción con esas fuerzas como pecaminosas, este rechazo a las normas impuestas es un tema recurrente en las filosofías de mano izquierda, donde la libertad está por encima de cualquier cosa.

Por el contrario, si bien los qlifot encajan perfectamente en el camino de la mano derecha, su papel es menos prominente y no se consideran como algo en lo que se deba ahondar, la energía más bien se concentra en las conexiones y las sefirot del árbol de la vida, es decir los qlifot no se consideran energías con las que trabajar directamente, sino aspectos de la creación que necesitan ser purificados o corregidos, pero en este caso de forma externa, como una consecuencia de la exaltación de los atributos positivos del ser.

ARBOL DE LA MUERTE EN LA MAGIA DEL CAOS


El árbol de la muerte también es ampliamente utilizado en la magia del caos, donde con el enfoque pragmático y no dogmático típico del caos es usado como una herramienta para los trabajos de psicomagia, en lugar de apegarse a una interpretación religiosa o estrictamente cabalística, los magos del caos trabajan con los qlifot de manera simbólica, viéndolas como retos psicológicos, emocionales o patrones mentales que el practicante busca transformar.

A menudo se utilizan técnicas típicas de la magia del caos, como la creación de sigilos las meditaciones y las visualizaciones, esto hace que su uso sea accesible para quienes buscan trabajar con sus energías sin atarse a las restricciones de las formas cabalísticas más tradicionales y esto tiene antecedentes en el trabajo del ocultista Kennett Grant, el fundador de la orden tifoniana, quien en sus escritos realizó una interpreta radical de las qlifot, según Grant son portales hacia dimensiones paralelas o extraterrestres que trascienden el tiempo y el espacio y que son accesibles a través de prácticas mágicas específicas, por lo que en este contexto los qlifot no solo son reflejos del árbol de la vida, sino también puertas hacia lo desconocido, donde habitan fuerzas más allá de la comprensión humana e incluso deidades similares a las imaginadas por Lovecraft.

Por todo esto podemos decir que en el esoterismo occidental las qlifot evolucionaron de ser vistas como entidades puramente negativas a convertirse en símbolos de transformación y autodescubrimiento y fueron utilizadas de muchas maneras distintas, desde los estructurados rituales de la Golden Down hasta las exploraciones dimensionales tifonianas, el árbol de la muerte fue utilizado para reflejar la contraparte de la luz y poder trabajar en el equilibrio necesario entre luz y oscuridad, ofreciendo a los practicantes tanto de mano izquierda como de mano derecha, un camino hacia la integración psíquica y espiritual.

Trabajar con el árbol de la muerte implica un proceso práctico que combina introspección profunda, rituales simbólicos y confrontación directa con las energías más caóticas y desequilibradas de la psique y del universo, por eso este tipo de trabajo es considerado de nivel muy avanzado, prácticamente para maestros, ya que demanda una preparación espiritual y emocional extremadamente sólida y ya probada con anterioridad en otros ámbitos.

En general se considera que el propósito no es permanecer en el caos de las qlifot sino transformar esas fuerzas en herramientas de trascendencia, la más habitual de estas prácticas posiblemente sea la magia qlifotica, que utiliza rituales y herramientas simbólicas para conectar con las energías de las diferentes qlifot, se basa en rituales de evocación que permiten al practicante visualizar y comprender la naturaleza de los arquetipos asociados con cada qlifot como Lilith en Gamaliel o Samael en su esfera, de esta forma pueden explorar los miedos, los deseos o las ilusiones que estas representan y aprender cuál es su origen, su ciclo de desarrollo y cómo trascenderlos.

En este contexto también se suele utilizar los sigilos, que actúan como foco de concentración en las fuerzas específicas de un qlifot, mientras que las meditaciones ayudan al practicante a recorrer el árbol de la muerte de manera gradual, reflexionando en las conexiones que se producen entre un qlifot y otro, esto no se hace nunca para glorificar esas energías sino para identificarlas e integrarlas de una manera constructiva a la psique del practicante.

Otra práctica habitual con el árbol de la muerte es el llamado camino iniciático inverso, a diferencia del árbol de la vida donde el objetivo es ascender hacia la iluminación y la unión con lo divino, en el árbol de la muerte el practicante desciende intentando sanar las sombras y los desequilibrios internos, cada qlifot representa un reto o una prueba que refleja un aspecto del yo que necesita ser enfrentado, este proceso de descenso generalmente se utiliza para descubrir patrones ocultos de pensamiento y emociones reprimidas, por lo cual si bien es un viaje por una caverna oculta, paradójicamente se considera una forma de encontrar y rescatar a la luz encerrada dentro de las cáscaras qlifoticas.

Un elemento crucial en este camino es el cruce del abismo, representado como dijimos antes por “DAATH” la esfera oculta que conecta el árbol de la vida con el árbol de la muerte, Daath simboliza el umbral que separa el orden del caos y el punto en el que el conocimiento puede convertirse en un arma de disolución o en un catalizador de la transformación, en términos prácticos, cruzar Daath implica enfrentar la disolución del ego, aceptar el vacío existencial como una parte inherente de la creación y encontrar el elemento adecuado para llenarlo.

En definitiva, las distintas prácticas con el árbol de la muerte no son solamente una exploración simbólica del lado oscuro de la existencia, sino más bien un acto de autodescubrimiento y sobre todo de transformación, la idea es que, al enfrentar las sombras personales y las energías caóticas, el practicante no solo aprenda a dominarlas, sino que también obtenga una comprensión más completa de la naturaleza del universo y su lugar en él.

CONCLUSIÓN

Un mensaje que se reproduce en cualquier ámbito donde se hable de este tema con seriedad es que trabajar con las qlifot requiere un enfoque ético y responsable, debido a la naturaleza intensa y potencialmente desestabilizadora de estas fuerzas, es decir no es ni para aburridos ni para extraviados, los qlifot representan los desequilibrios más profundos de la existencia universal y de la psique individual, por lo cual se consideran elementos sumamente delicados y dignos de respeto, trabajar con ellos no es una trivial más bien es hacer gárgaras con clavos es un proceso experto que se realiza con el propósito de trascender esas energías y nunca para quedar atrapado en ellas, el objetivo es alcanzar una mayor armonía espiritual y personal y abordarlas con cualquier otra perspectiva puede llevar a un grave desequilibrio en los cuerpos psíquico, emocional y energético.